Tienes que ir a la Industria de Bowerstone y hablar con el dueño de una fábrica —es en la que encuentras una llave de plata bajando cuatro palancas—. Te pedirá que descubras de dónde viene una misteriosa voz que le está perturbando.
Una vez aceptas la misión, tienes que bajar a un subterráneo y seguir el camino hasta llegar a unas grutas. En el trayecto, encontrarás algún cofre y varios puntos de excavación. La misteriosa voz te va advirtiendo que no debes entrar y te amenaza con terribles represalias. Pero como los héroes no temen a nada —si no, no serían héroes, claro—, sigues adelante.
Te encuentras el esqueleto de alguien que lo intentó antes y una carta que te da pistas sobre quién construyó todo aquello. A partir de ahí, comenzarán a salir hobbes y perros mecánicos en grandes cantidades. Casi al principio, ves que el camino se bifurca; entra por la derecha y, al fondo, encuentras una puerta con un cofre detrás de ella; para que se abra, tienes que pasar sin pisar las luces que se mueven iluminando el suelo.
Continúas por el camino hasta llegar a la ciudad. Allí, un hombre te explicará lo que sucede y te pedirá que subas a la casa de Montaguiu, el constructor. Entras en el ascensor y vas pasando puestos de control en los que tendrás que enfrentarte a más hobbes, perros y, finalmente, a un robot. Acabado con ellos, subes a la casa y oyes lo que el constructor, que ya está muerto, te dice.
Aparece el dueño de la fábrica y te propone dejar la ciudad como está, pues así podréis ganar mucho dinero. Ahora es cuando debes tomar una decisión: «liberar la ciudad o esclavizarla». Tú mismo/a.
Como he dicho más arriba, dejarla igual te reportará algún beneficio y hará que tu maldad aumente. Si la liberas, además de aumentar tu virtud, cuando vuelvas, verás que en la ciudad aparecen puestos de comerciantes y un pub. Por cierto, en el de estilista, se vende la melena larga, peinado que, hasta ahora, sólo podías conseguir si te lo encontrabas en algún punto de escavación o en algún cofre del tesoro.