Aquí se describe el juego desde coronación como Rey/Reina hasta el final
Las Misiones
, las Regiones
que visitarás y algunos Consejos
para momentos complicados.
En esta parte del juego, apenas tendrás posibilidades de conseguir dinero, salvo si tienes muchas rentas. En algunos encargos consigues grandes cantidades, pero insuficientes si no has hecho una gran fortuna con anterioridad.
La cuestión es que, al acabar el año que queda hasta la Batalla final
, debes tener, al menos, 6.500.000 de oro en el Tesoro Real. Cada moneda que baje de esa cantidad, es un habitante muerto.
Este año pasa enseguida, pues, una vez acabas algunos encargos, pasan un montón de días y te encuentras en el aniversario de tu coronación.
Si durante la primera parte compraste muchas casas y negocios e hiciste muchos encargos secundarios, habrás tenido tiempo suficiente para que tu tesoro personal pueda cubrir los gastos del Tesoro Real (Ver Consejos y trucos). Si no, perderás muchos habitantes.
Así pues, transfiere de tu cuenta personal todo el dinero que necesite el Tesoro Real. Además, así conseguirás el arma que hay en El Refugio.
Ahora que ya eres Rey/Reina, tienes que atender los asuntos propios del gobierno. Walter te busca un consejero bastante papanatas
, Hobson
, que te hará la agenda, y te aconsejará sobre los temas económicos.
Lo primero que tienes que hacer es presidir el juicio contra tu hermano Logan.
Después de escuchar a todas las partes, tendrás que decidir si lo matas o lo perdonas. Tú mismo.
Como, realmente, el único encargo principal, además de seguir la Agenda Real, es la La última Batalla
, me limitaré a hacer una relación de las misiones secundarias cuyas explicaciones encontrarás en la sección Encargos secundarios
.
Por fin ha llegado el día. La Oscuridad ataca Albión y tienes que derrotarla. Luchas por las calles contra los engendros mecánicos, las sombras y algún guardián
, hasta que te encuentras con el Merodeador
. Éste se mete en el cuerpo de Sir Walter, y tienes que luchar contra él. Cuando lo derrotas, Walter recupera su personalidad, pero muere. Le haces una estatua y unos funerales como corresponde a un soldado valiente y leal, y... «colorin, colorado, este cuento se ha acabado».